viernes, 7 de mayo de 2010

Sobre el Cerro

¡Margarita! Me grita Enif en un absorto estado de ebriedad mientras yo estoy echado en un suelo que contiene más piedras e insectos que sácate y comodidad. Viri está a mi lado y me pide que la abrase, que ignore a Mayela y su falta de conciencia, que ignore el voyerismo del Doc, que ignore las extrañas onomatopeyas que provienen de Aurora y yo... yo le hago caso.

Horas antes nos encontrábamos ambos en el auditorio de la CCYH, Mayela seguía sobria, Jeny seguía seca y Abraham no estaba tan drogado, detrás de nosotros Mi Primo Edgar (a quien la lectura le pareció insultante) y su novia Andrea. El Auditorio rebosaba de vida y la afluencia era de verdad notable pues en eventos de este tipo más de 30 personas son equiparables al Woodstock.

Fue entonces que ella leyó, con un chicle en la boca, carraspeando, presionada, nerviosa y portando unos anteojos cuadrados y justos cuando arranco un trozo del texto y escupió el chicle que antes masticaba sobre él, fue que supe por que aquella niña pelirroja de mal carácter que casi vomita sobre el micrófono era la mujer que tanto amaba.















Viri, Jeny, Mayela

Tiempo después yo leí la patética falacia que también pueden encontrar aquí, Final de temporada, lo curioso es que lo escribí un jueves por la madrugada pensando en una charla sobre frutas y sus sentimientos, charla que había sucedido el martes de esa misma semana. Leí fatal.

Minutos después de las criticas de Beatriz nos encontrábamos camino al "monte calavera" en el cerro de san Pedro, ni Abraham ni yo, sabíamos si sobreviviríamos a aquella travesía, pues íbamos en una vieja motocicleta llamada Doroti, cargados hasta el pito de botana y refrescos, el clima oscilaba entre los 38° grados y lo peor... yo iba conduciendo

Después de sortear a la muerte varias veces, llegamos al mencionado monte calavera (monte caldera) un sitio sublime donde estuvimos una hora y media tragando botanas, refresco, prendiendo una fogata con estiércol y sufriendo las inclemencias del calor... las chicas nos habían abandonado.















Enif


Hartos de tanta blasfemia decidimos irnos, no teníamos idea que en el camino nos encontraríamos a la chicas pero ya no en el fabuloso bocho del Doc, sino en una potente camioneta, ebrias y escribiendo un chismografo... la fiesta aun estaba por comenzar.

Horas después me encontraba sobrio (pues no bebo) y charlando con Viridiana sobre una roca de tinte "lovecraniano" la noche estaba cayendo, Jeny había sufrido un accidente y termino nadando con los peces (fue rescatada por el Doc de una forma heroica y espectacular). Mayela había recobrado la conciencia y lloraba por una fuerte pre-cruda moral que atentaba con alejarla para siempre del alcohol, Enif charlaba con Abraham sobre las mieles y hieles del amor platónico, Aurora reía... si a eso se le puede llamar reír (asusta oírla).















Jeny


El saldo fue blanco, el Doc manejo ebrio y casi nos mata cuando bajamos del cerro (una: casi nos atropella, dos: casi se sale de la carretera y morimos) así que el resto del trayecto yo me fui en Doroti y con Viri, el Doc y compañía huyeron por su parte.

A su tiempo nos encontramos en el centro, reunidos una vez más, charlamos un poco y nos despedimos cada quien por su lado.















Mayela, Enif, Aurora (todo esto mientras el Doc buscaba un mecanico y nosotros andabamos abandonados en el "monte Calavera")

Días como este me hacen pensar que la vida no se mide en tiempo, si no en experiencias y son ese tipo de experiencias los que te hacen valorarla... la vida es rara, divertida y llena de sorpresas.

1 comentario:

  1. ¡Ey! ¡Te robaste mis fotos!, fue bello burlarnos de ustedes cuando eran devorados por el sol mientras nos refrescábamos en la sombra y el pasto.
    ¡Y eso no era una roca, era una semicueva!
    fue sublime charlar ahí hombre, tenemos que regresar... una experiencia tan Sadelovecraftiana.

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